miércoles, 30 de mayo de 2007

Cierre de RCTV: Consolidación del Totalitarismo Chavista.


Por todos ya es sabido que el pasado 28 de mayo se produjo el cierre definitivo de Radio Caracas Televisión (RCTV) después de 53 años de transmisión, pero las restricciones a la libertad de expresión no son hechos aislados, sino un eslabón más de un plan muy bien pensado donde el objetivo último es el control absoluto de los medios de comunicación, para así destruir el aparato crítico que mediante los medios le hacen oposición.

A partir del pasado lunes, 10 de las 12 señales con cobertura nacional estarán bajo control directo o indirecto del gobierno chavista, más del 85 por ciento del espectro televisivo en Venezuela.

En contraste, cuando Chávez ganó la presidencia de Venezuela en 1998, el gobierno controlaba apenas una estación de televisión, dos emisoras de radio y ningún periódico impreso, medios que significaban para el gobierno un alcance extremadamente limitado.

El imperio comunicacional construido en ocho años de gestión chavista ha financiado 18 canales de televisión comunitarias, más de 145 emisoras de radio en todo el país y más de un centenar de periódicos, incluyendo dos con alcance nacional.

Luego de ocho años, el poder comunicacional chavista está también ampliando vertiginosamente su influencia en Internet. Además de controlar un amplio número de páginas web y financiar numerosos bloggers que refuerzan la línea ideológica de la revolución bolivariana, el gobierno está promoviendo regulaciones legales para restringir el acceso a internet.

El año pasado, la Asamblea Nacional, controlada por el chavismo, aprobó una ley para restringir el acceso de menores a los cibercafés en todo el país, y ya varios asambleístas han manifestado públicamente su interés en redactar una ley de internet, inspirada en el modelo cubano.

No conforme con esto Chávez amenaza a TV Globo, único medio de cobertura nacional fiscalizador del andar chavista, que correrá el mismo destino RCTV, si no se ajusta a la línea totalitaria del régimen.

viernes, 25 de mayo de 2007

Ley de Responsabilidad Penal Juvenil: Pan para hoy, hambre para mañana


Siempre me ha parecido un curioso contrasentido, por decir lo menos, el hecho de que a un joven menor de edad no tenga derecho a voto, no pueda entrar a Pub’s o tenga otra serie de restricciones propias de su edad, pero sin embargo sea juzgado por un crimen. Esto a propósito de la promulgación de la nueva Ley de Responsabilidad Penal Juvenil.

A partir de esto me gustaría hacer dos reflexiones:

Creo que la meta de un sistema penal, en particular con los jóvenes, no es llegar y encarcelar a las personas, sino debiese pretender reducir los niveles de violencia futuro, pero lamentablemente nuestro sistema penal no apunta hacia ese norte, pues si tomamos en cuenta que Chile tiene uno de los mayores porcentajes de reos per cápita de Sudamérica. Eso habla, precisamente, que nuestro sistema penal está hecho para encerrar a las personas, mas no a reinsertarlas nuevamente a la sociedad.

Ahora esta realidad provocará, particularmente en los jóvenes, con la promulgación de la nueva Ley de Responsabilidad Penal Juvenil, que tempranamente ingresen a verdaderas universidades del delito, y la educación que reciben en estos establecimientos del crimen si que es de calidad. Pues lamentablemente, lo que pretende esta ley es mantener encerrados a estos adolescentes y no hace hincapié en su reinserción. Peor aún, el propio gobierno a dicho que la infraestructura actual, para ejecutar los mandatos de esta nueva ley, tiene una condición de “básica” o “mínima”. Y ante esto hago mi segundo alcance, si todos los parlamentarios tanto de oposición y de gobierno reconocen esta realidad, entonces por que se aprobó una ley que todo el mundo sabe que no se puede implementar. Por qué radicales y udi’s dieron su voto (RN se abstuvo) si la propia alianza dijo que esto iba a hacer un nuevo Transantiago.

jueves, 17 de mayo de 2007

ALLAMAND: ¿TRAYECTORIA ALGO ERRÁTICA O POLÍTICO INCOMPRENDIDO?


Aprovechando la coyuntura de la publicación de su último libro “el desalojo”, título que ha causado cierta controversia, pues el desalojar implica un acto de fuerza, donde gente de la concertación la ha asimilado con lo que implicó la represión de la dictadura militar, pero nada más alejado de eso en sí. Allamand ve en esta idea del desalojo como un acto de fuerza, pero la fuerza de las ideas y desde la fuerza que tiene la ciudadanía en el acto de sufragar y expone en este libro el por qué la concertación ya no puede seguir en el gobierno, haciendo un paralelo entre los ideales de la concertación de inicios de los 90’s, contrastada con la desgastada coalición política que es hoy.

Ahora bien, hablar de Andrés Allamand me genera cierta contradicción vital, aún así lo considero un político brillante, comparto y promuevo su idea de convertir a la actual derecha en una centro derecha moderna, que promueva los valores de la sociedad libre, basados en la defensa de la economía social de mercado, la defensa de la democracia liberal y la defensa de las libertades individuales. Además a nadie le cabe duda sus aportes en pos de alcanzar y consolidar la transición, pues no olvidemos que fue crucial en el llamado al movimiento de unión nacional, para recuperar la democracia desde la derecha y como olvidar la construcción de la democracia de los acuerdos, que provocó la legitimación del sistema político y económico en Chile.

Allamand siempre fue un hombre con una gran vocación de servicio público, escribió su primer libro a los 18 años que se llamaba “Prohibido Virar Izquierda”. Deja el colegio Saint George para ir al Lastarria y así iniciar su carrera política. Debuta el año 90 como la gran promesa de la derecha liberal, en el marco de la democracia de los acuerdos.

Pero a poco andar se da cuenta que, pese a tener grandes ideas, no contaba con el respaldo suficiente para llevarlas adelante. Denuncia a los poderes fácticos. Y al perder estrepitosamente en una elección senatorial, se va a su famosa travesía por el desierto, que no fue, precisamente, en el Sahara sino que en Washington, después de poco tiempo escribe un libro de demasiadas páginas, para una conclusión que parecía inevitable: "si no puedes contra ellos úneteles". Por eso, al reintegrarse a la vida política, se une a un equipo formado por los que habían sido sus peores enemigos dentro de la Alianza. A pocos meses traiciona a su compañero de partido Sebastián Piñera, en una operación destinada a derrocarlo de su cargo de presidente de Renovación Nacional, meses después se opone a que este fuera candidato a la Presidencia de la República diciendo que esa candidatura sería “un misil contra las aspiraciones de la centro derecha” y pierde de nuevo, estrepitosamente, el Consejo General donde se establece que Piñera sería oficialmente el candidato presidencial de Renovación Nacional. Y cuando estaba a punto de anunciar su inminente segundo retiro se las arregla para obtener una candidatura a senador, sin competencia, apoyado por la UDI y RN.

Después de ver esta trayectoria con importantes aciertos, pero también con errores que le han costado cierta permanencia en la arena política, tiendo a pensar que Allamand al defender a tal extremo su idea de la democracia de los acuerdos, lo ha llevado a tomar malas decisiones. Creo que existe una cierta desconexión entre sus ideas y como las implementa, pues el hecho de creer y querer tanto el consenso lo lleva a traicionar, a veces, sus propias convicciones o peor aún a traicionar a los que comparten esas convicciones.

¿ESTATIZAR EL TRANSANTIAGO? QUE DIOS NOS PILLE CONFESADOS


La idea de Frei de estatizar el transantiago, que ha ganado cierta fuerza en un sector en la coalición de gobierno, propone una nueva disyuntiva que genera más desconcertación, pues ahora La Moneda tendrá que definir si saca a flote el transantiago o se queda con la idea de estatizar el transporte público.

Bueno habrá que recordarle a Frei que el diseño, la elaboración y la ejecución del transantiago son única y total responsabilidad del gobierno de turno y del anterior, son ellos los únicos responsables del descalabro que hoy vive el trasporte metropolitano, o sea si no pudieron hacerlo bien a la primera no entiendo porque habría que darle otra oportunidad, dándole ahora control absoluto. Además, habrá que recordar también al desmemoriado senador, que el estado ya administra un medio de locomoción pública, que se llama Ferrocarriles del Estado, que según la cifra que se conoce (tiendo a pensar que es más) alcanzaría un déficit de más de mil doscientos millones de pesos.

Entonces ¿de qué estamos hablando?

miércoles, 16 de mayo de 2007

UN MINUTO DE SILENCIO



El informe de la autopsia es concluyente causa de muerte falla multisitémica, el transantiago no cumplió ninguna de los objetivos para el cual fue creado, no traslada a la gente, los tiempos de espera son eternos, no se han descongestionado las vías, pues hoy hay más vehículos en circulación, los recorridos son menos e ineficientes y para que hablar de la contaminación, pobre gente, prende velitas a cada santo para suplicar a que llueva.

Pero el problema está en que ya todos sabemos que el transantiago murió menos la gente de gobierno, que paradójicamente “no sabe pa’ donde va la micro”. Pues en la desorientación de no darse cuenta del cadáver que tienen en frente, piensan que el proyecto estrella se puede salvar inyectándole más recursos. Pues analicemos los costos del sistema hasta enero del 2007 alcanzaban los 1.030 millones de dólares. (La rechazada construcción del puente sobre el Chacao costaba alrededor de 970 millones de dólares). Y el ministerio pretende una inyección de US$ 290 millones más, US$100 millones por aporte directo y US $190 millones vía línea de crédito a largo plazo. Además recordemos la controversia provocada por el anuncio de que el Metro renunciaría a cobrar los ingresos por US$ 80 millones correspondientes al transporte de pasajeros durante dos meses.

Pues bien estudios señalan que con este dinero el transantiago no se financia, sino tendrá un déficit mensual de US$ 60 millones para una evasión del 40%, siempre y cuando el sistema esté operado con 6.000 buses.

Ahora me temo que el transantiago no sólo está muerto, sino también tiene mal olor, pues hoy vimos como la Presidente emplaza a los operarios del sistema a corregir las ineficiencias dando un ultimátum, pero, y a lo mejor peco de mal pensado, las empresas proveedoras del transporte público no han sido eficientes porque de parte del gobierno no se han cumplido los acuerdos firmados, es más les recuerdo que el gobierno se ha negado a transparentar los contratos ¿por qué? Si es plata de todos los chilenos, no será que en esos contratos hay cosas que el gobierno no quiere que sepamos, arreglos poco transparentes, por ejemplo, quién sabe sólo el tiempo lo dirá.